Maquinistas

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Poza Rica, Veracruz, Mexico
Luis Navarro Arteaga, Halma Chavez, Hector España, Aley Bautista,

miércoles, 2 de noviembre de 2011

EDITORIAL


La muerte es el gran enigma de la existencia. Para muchos es sólo un paso para acceder a otra vida mejor, más plena; para otros es simplemente el fin de la vida, después, más allá, no existe nada.
Para nuestra cultura existen mundos paralelos entre los que las almas transitan de un lado a otro. Como en estos días del otoño, a finales de octubre y principios de noviembre, cuando en el más allá se le da permiso a los muertos que vengan a visitarnos.
Así, los campos y las ciudades se llenan de los espíritus de nuestros amigos y familiares quienes vienen a degustar de las ofrendas que les ofrecemos, aquí la vida y la muerte son los extremos que se tocan.
No sabremos, hasta morir, si más allá hay otro mundo en el que el alma alcanza la felicidad plena o si todo acaba con la muerte, sin embargo nada nos impide que imaginemos, soñemos y hasta nos podamos divertir con la muerte

MUERTE CALLEJERA


Título: Muerte Callejera
Autor: Nacho Núñez

AL PIE



Ana Basilio



Toco.
Toco tu labio desde abajo
donde lo etéreo vuelve a descansar
entre hebra y hebra del cabello caído
sobre la tierra
beso la hiel de las sobras
aquel infierno submarino.
Lo que nunca será.
Canción de cuna son tus huesos acercándose.
Viértete a mi lado.
Déjame tocarte...

AL PIE



Título: Al pie
Autor: Ana Basilio

CADÁVER EXQUISITO


                             

Catrina


Otro día más paseo de cabeza
Lloro-no. Lloro no.
                              La polilla es siempre buena compañía
Mis pies levantan polvo mientras ruego te manifiestes
Involucrándonos en alientos arrítmicos

No recuerdo el vaho del infierno

Chingando con brazos relativos a la orilla de mi fémur gris
Te cambiaré el nombre ¡Matutina! ¡Matutina!
apretando el corazón entre tus piernas ¿De qué sirvieron todos mis pecados?

Pon a hervir el café… los pájaros levantan vuelo
Alisa mi cabello orzuelado
¿Por qué no encuentro mis ojos?
Sentada en las piernas de un anciano, sobo mis callos… como pan...
                             enciende mi cigarro...

¡Flores, flores para el muerto!

Horadando en la basura de tu boca
es mejor este rumor de huesos
mordisqueando tablillas de madera, encuentro el último pedazo de espejo…

Me miro en el espejo, temerosa de mí…
                                                                me desangro en vida…

Vuelve, vuelve el gis pequeño. Blanco.
“Creo” la atmósfera perfecta
Somos la procesión de las luces que esperan tus murmullos
¡Y esta puta hora que no vuelve!

Manos como raíces me jalan
Vistiendo los nueve dedos que aún quedan

¿Y qué si te llamo amanecer?

Delineas en mi espalda tu pecado...
Hundirme en el lodo no es la solución
Colgándome de las ramas caigo y corro hasta tu dulce hoz

Consumatum est… ¿Mi amor?

MUERTE, SUEÑO Y RECUERDO

  
Título :Muerte, sueño y recuerdo, de la serie "Huakechula: el barco de la muerte".
Autor: Claudio Rincón

UN CEMENTERIO VIVO


Lidia López

Al interior del panteón municipal “Santísima Trinidad”, la muerte tiene vida, un mundo propio. Historias y experiencias paranormales que dejan huella, los trabajadores municipales y vecinos son testigos de sus manifestaciones; no es serio, este cementerio.

Pasado el primer viernes de marzo, las quejas llegaron a las oficinas de la administración. Rosa Maria Pelcastre y Luz Maria Coello manifestaron su inconformidad porque muy cerca de las criptas familiares, rastros de las prácticas del vudú.

Magia oscura y los maleficios que conjuntan la energía negativa a través de cruces formadas con cuchillos, figuras de cera, muñecos de trapo punzados por decenas de alfileres y hasta gallinas negras, enterradas aun con vida.

Pero ante ello, nada se puede hacer. Sin importar la hora que se realice, de acuerdo al artículo 24 de la Constitución Mexicana, la libertad de creencias evita que toda autoridad intervenga.

El camposanto municipal tiene superficie de 19 hectáreas, con 20 mil lotes y un aproximado hasta de 60 mil difuntos que posan sus restos físicos y sus almas.

Como toda historia, hay un principio. En el Santísima Trinidad, las cenizas de “Nacho” dan la bienvenida a propios y extraños.

Dentro de una sencilla caja de madera, donde hay insignia de su persona, desde el 26 de agosto del 2008 Ignacio Ruiz Vélez llega a las oficinas administrativas.

El director de Panteones, Jorge Álvarez Martínez, dijo que los familiares argumentaron que volverían inmediatamente, luego de hacer los trámites para depositar las cenizas de “Nacho” en la urna familiar. Pero, eso no ha ocurrido desde hace dos años seis meses. Los trabajadores municipales están ya acostumbrados, pero para Jorge Álvarez que recientemente asumió el cargo fue inusual conocer las travesuras de “Nacho”.

Los objetos cambian de lugar, los radios de comunicación desaparecen, “cálmate Nacho, ya se que tienes. Quieres flores”. Se le rinde respeto a su alma, en el pequeño altar, designado en una esquina de la parte superior, en la oficina administrativa.

De esta experiencia, se desencadenan otras más. Lo que, tal vez, ya conocemos. Lamentos, quejidos, golpes que surgen del interior de las fosas. Sonidos inexplicables.

Carlos Alberto Escudero, que se desempeña como empleado municipal desde hace tres años, es el primero que se anima a narrar las vivencias paranormales.

“Por la entrada principal del panteón, al medio día, realizaba limpieza entre las tumbas. Se me acercó una mujer de avanzada edad. Me pidió que le acompañara a donde debía llegar, asi lo hice. Le tome del brazo y le sentí muy helada. Estábamos hablando, cuando un compañero se me acercó y me pregunto que con quien hablaba. Cuando me di cuenta, la mujer ya no estaba, se esfumo”.

Entre la sorna de su amigo, el joven trabajador continuo sus labores. Dejo al olvido esa experiencia. Al paso de los días, nuevamente se reencontró con esa mujer. Haciendo limpieza, entre tumbas, volteó la mirada para identificar a Eloisa Argüelles de Zumaya, quien falleció en noviembre de 1965.

Pero a Carlos Alberto el miedo no le es obstáculo, dijo estar acostumbrado porque de siempre ha vivido en la colonia adjunta, la Salvador Allende.

Pero recordó su primer día de trabajo como empleado del panteón, ya en el interior de su hogar, pasada la media noche y frente al televisor, una fuerza le empujaba el asiento… desde abajo, donde solo había libre un espacio no mayor a los diez centímetros. Hasta que finalmente cayó del mueble.

Las causalidades fluyen, Maurilio Cabrera Solís, otro obrero de este panteón, suma sus comentarios. En el cuarte 5, donde están destinadas las almas de niñas y niños, han visto en varias ocasiones la longitud de un reptil, dicen que es una “víbora”, tan grande como la Anaconda. Aunque intentan terminar con ella, ésta desaparece.

Pero las incidencias tienen horario, entre las doce del día y las dos de la tarde, un niño aparece entre las ramas de un árbol de hule, en el mismo cuartel 5, el área mas antigua del cementerio Santísima Trinidad.

Con secuencia de imágenes, tomadas desde un celular, los propios trabajadores municipales se dieron a la caza de un fantasma. Lo ven frecuentemente, en la misma área que en los casos anteriores.

El video muestra a un ser extraño, que entre los tonos sepia del escenario hacen que el sujeto se torne en los mismos tonos, pero es visible su trayectoria al salir de un montón de tierra. Aunque no tenga veracidad o sea comprobado, la impresión esta presente entre los narradores.

Pero, una ocasión más reciente, hace dos meses siete empleados municipales fueron testigos. Las inmensas alas de un ave que estaba a sus espaldas, cuando se reunían al final de su jornada.

“Volteamos, viendo los aletazos. Era un cuerpo humano, pero similar al de un pájaro. Esa fue la primera vez para todos nosotros”.

Las historias son interminables. Pero la última, la que queda por escribir, es especial. Entre lo extraño, lo increíble y el misticismo son los elementos que envuelven la última morada de un hombre que descansa a un lado de un arlequín.

El pasado 15 de enero, los familiares de Marcelo Jiménez Cabrera piden la exhumación de los restos. Requieren de ese espacio para un miembro de la familia que partió de este mundo.

En el proceso, entre los trabajadores, Maurilio Cabrera no daba crédito a lo que observaba. Al cuerpo, que el 8 de marzo cumplió 23 años de exhumación, los gusanos le hervían. El obrero casi olvidaba un dato interesante, al destapar la fosa, decenas de moscas huían rápidamente, como si las hubiesen liberado.

Pero el difunto Marcelo, no estaba solo. De manera excéntrica, le acompañaba su fiel arlequín, con rostro y figura casi intactos. Los colores de su ropaje en seda brillaban con esplendor. El gracioso maquillaje era perfecto, sin daño aparente. Pero los dos personajes, terminaron al interior de un osario para continuar su morada.

Pero entre estos testigos, también hay escépticos. Sabino tiene ya 30 años de laborar en el ayuntamiento de Poza Rica.

“He trabajado anocheciendo, a mi no me ha pasado nada. Creo que los muertos me tienen miedo porque a diario, los sepulto. Hice mis cuentas el otro día, y al año, creo que son más de 280”.

El personal que labora en el panteón Santísima Trinidad no dejó de aprovechar para el recuerdo, las gráficas y los videos, gracias a la tecnología puesta a la alcance, es prueba de sus experiencias paranormales, en este cementerio que no es nada serio.

CUETZALAN


Título : Cuetzalan
Autor: Alma Chávez

TU VIDA

Poema de Livia Díaz

La muerte imposibilita mi acceso a ti
y a mis palabras
Hablo, y ya no me escuchas, no me llevas
ni mueres
estás yerto, en silencio, en tu claustro
no me dejan tocar ni oler
tus palabras se fueron,
otras quedaron muertas
como hojas
que se lleva el viento
el otoño
el habla
saben de otra manera
al leerlas
no se levantan ellas
ni yo
ni el estro
ni el aire
te callas
te calmas
te vuelves el retrato que tengo
la voz de mi silencio
mis dudas
mi espera
aquí ya todo es blanco
en blanco, como páginas sueltas
que tiraron para que escriba
y te diga
a tus oídos sordos
a tus orejas pescado
me muda
me cambia
me enmudece
me ensordece este ruido
que clamo
para no morir contigo
silente
en esta hora huérfana
a la siguiente
huérfana del todo
si no me escuchas
y te callas
me calmas
quédate ahí en silencio
mientras sigo callado
y me revives
y hablas
y admiras mi entorno
y te provoca cosas
las flores
las hueles
que ya soy otra cosa
recuerdas
tu día

DESCANSO



Título: Descanso
Autor: Alma Chávez

LAS CUENTAS DE LA SAL

 Mirna Arenas

Voy con mi muerta a cuestas
                  la descanso en las esquinas
                                                              aveces...
Viajo con ella en el bus
                          apoya su nariz en la ventana
                                                  mirando la vida que ya no entiende
                                                                        en cenizos colores revueltos.

Medio día
            nos sentamos
                          solo sirven comida para uno

Me mira con sus ojos
                                      dolorosamente vacíos
me sacude los oídos
                                      exigiéndome descanso,
                                                               finjo no escucharla,

Es duro
            Yo no sé...

La llevo sobre la espalda del corazón
                                               sólo mientras me nace una estrella
                                                                                            entre los cuernos que flaquean

La tierra muda,
                      me grita que pare

Llevo mi muerta a cuestas
                                  ahora mi muerte camina detrás
Vamos juntas a tomar el café
                                       a hacer el mandado,
                                                          Esta noche beberemos vino
                                                                                                           comeremos sal.

DEVUÉLVELA



Dir. Eddy Morales

EL AMOR MAS ALLÁ DE LA MUERTE

Por: Karen Siddartha

Hoy te vi hace años y mi alma saltó, no comprendí porque….
…desde que te conocí sentí en mi interior que yo era para ti y tu para mi, mi alma saltó en ese momento inexplicablemente, bastó verte para quererte, bastó una palabra para enamorarnos y bastó una plática para separarnos. Sin embargo no podíamos estar separados, yo era la única mujer con la que habías sido feliz y tu el único hombre con el que me sentía bien, segura, que me entendía, que yo podía decir: esto es lo mío, ¡mío!  Pláticas universales, interminables, tan llenas de ti y de mi,  noches llenas de estrellas,  la música fue el testigo de nuestra unión física, pero, mas allá de eso fue testigo del reencuentro de nuestras almas en esta vida. 
 Pasaron 2 años y nos volvimos a encontrar, de nuevo no nos pudimos separar, nuestras alamas quedaron ligadas desde esa aquella noche, pensé.   Pasaron varios años, 9 para ser exactos,  la gente cambió, los niños crecen,  hicimos nuestras vidas separados, pero no hubo canción que no me hiciera pensar en alguien, canciones de amor que se las dedicara a alguien,  no hubo momentos en que no quisiera sentirme amada, sentirme entre los brazos de alguien, ¿de quién? No supe. Un día soñé contigo y durante el sueño intenté hablar contigo y no pude, pero lo desee de manera desesperada,  inmediatamente me despertó el sonido de mi teléfono  ¡no podía creerlo! Eras tú quien me llamó, mi amado, mi alma gemela, era él, era el deseo de mi alma que me despertó… Amanecí en tus brazos, me dije a mi misma.
 Hablamos lo sé, no fue un sueño. Pasó, me llamó, porque mi amado quería saber de mi, platicamos un rato, el teléfono no hizo distancia. A partir de ahí nos hicimos inseparables otra vez. Pero inseparables de alma por que físicamente, no ha vuelto a suceder nada entre nosotros, esto lleva a un nivel de amor superior, al que todos conocen.
Mi amado me dijo que a pesar del tiempo y la distancia, siempre pensó en mí y me llevó en su corazón, nuestras almas hicieron el amor, el verdadero amor superando a la vida material y a la muerte, no sé si esto sea un pacto que hicimos en alguna otra vida y estuvimos juntos, en esta vida  aun no nos toca estarlo, y tal vez no estemos juntos físicamente, y las personas creen que nos separan, pero no, nada ni nadie ha podido separarnos nunca, mi alma está ligada a la tuya en vidas pasadas, en esta y las que siguen estaremos juntos por siempre y para siempre, para nosotros la muerte chiquita llegó solamente una vez, y para unirnos en esta vida, en esta  época porque,  ni la muerte terrenal  ha logrado separar este pacto de amor verdadero.  Ahora yo entiendo que eso que sentía por ese alguien eras tu, siempre habías sido tu y siempre serás…Tú.

COLABORACIONES

Mirna Arenas
Vive en la calle melancolía y es queridísima de Alma Chávez, Aley Bautista y Luis Navarro Arteaga no le gustan los abrazos... y siempre miente
Karen Gudini
Comunicóloga egresada de la Universidad del Golfo de México
Actual autora de la columna “ Hablar, Hermosa locura”
www.karenismo.blogspot.com y http://siddartha182.wordpress.com/
Fue editora del diario El Observador y editora en jefe del periódico Realidades
Fue encargada del depto. De Recursos humanos de SOS SErvices y SEGA constructora.



Livia Diaz
(D.F., 1965) Poeta y periodista. Promotora de lectura. Edita el blog huasteco.info

Roberto Rosales Martínez
Integrante del grupo literario “taller de locos”
Ex colaborador del periódico Noreste con la columna “ruido de fondo”
Ex integrante de la casa del escritor de Cancún
Publicaciones en la revista “Tropo a la uña”
Publicaciones en la revista “Trazluz” de casa de cultura de Poza Rica.
Próximamente “el hombre con anteojos”

Ana Basilio.

Poeta nacida en Poza Rica Veracruz hace dieciocho años.
Su obra ha sido publicada en Hidalgo, Veracruz, Guadalajara, Cuernavaca y la Ciudad de México. Colaboradora en diversas revistas independientes. Ha cursado talleres y diplomados con Edgar Chías, Barbara Colio, Manuel Pereira, Martha Elsa Durazzo, Edwing Roldán, Gloria Hernández Ariceaga, Alan Elías Solís, Andrés Castuera, entre otros. Ponente en el XXVIII encuentro de escritores veracruzanos. Colaboradora del grupo independiente Horizonte Literario en 2010.


sábado, 1 de octubre de 2011

EDITORIAL

La ciudad es no solo un punto geográfico, es también un sitio imaginado. La construcción de la urbe ocurre en el plano físico en primer lugar,  pero además existe la edificación colectiva en la que concurren ideas y sentimientos.
Los entes urbanos no solo padecemos los grandes asentamientos, sino también somos partícipes del goce de sus rincones, sus enigmas, sus imágenes y  de las historias que fluyen en los espacios compartidos cotidianamente.
“Con el asfalto en la piel / crónicas urbanas” muestra diferentes perspectivas de la ciudad a través de la creación artística, la ciudad  como el territorio de la tristeza, la desesperanza o la violencia, pero también la ciudad redescubierta, amada y disfrutable.

Poema de calle (para un cuaderno de noche)

Poema de calle (para cuaderno de la noche)
Victor Argüelles


El ojo cava en sus paredes, efigies que se tornan transparentes,
retrocede en su visión, ajeno a cualquier hallazgo
en el afuera,
convoca con la espora de un aliento las imágenes transcritas,
indelebles como tinta sobre copos de algodón.

Ellas andan sueltas: una calle de tránsito pesado
se las lleva en sus luces, pegadas u orbitando en la nube de evasivas,
de un perdido peatón en la llovizna.

En los anuncios luminosos estalla una silueta,
la propaganda en miles de objetivos se dispara.

Alguien pierde un celular, otro: una llamada celular…
Yo me abandono en la espera,
en un circuito de llamadas perdidas.

Compro galletas rancias sin darme cuenta,
compro esperanzas de una caducidad tan próxima,
el alma se desborona de saberlo.

El alma como una galleta sufre mordidas rapaces,
caduca mi fuerza en ir y venir, subiendo escaleras.

Pero el ojo, siempre compañero de ruta, de su otro, de su par,
a veces enemigo del polvo sucumbe a cualquier astilla
y llora la pérdida de nítida imagen
en su día de inicio solar.

A veces lo acompaño o me voy de boca tras de él,
desvistiendo una sombra en el refugio ordinario del abismo.


Por qué la sociedad no desaparece

Por qué la sociedad no desaparece
De  Velher Sol de Oro

El corazón también se arruga

El corazón tambien se arruga
Mirna Arenas


El taxi, navegaba por las calles. Recargo mi cabeza en la ventana y sin mojarme, la lluvia acaricia mi cara. Mojada la belleza, escurre… mojada, anegada, empapada, húmeda, deslizándose por el periférico de un par de piernas del color de la noche. Piernas que abrazan, que envuelven, me levantan al vuelo, abrazo infinito de ternura temblando, se encienden el deseo en un sillón amarillo; su largura me reconcilia con el mundo.
¡Llegamos, son sesenta pesos!.
De un portazo cierro, mientras la lluvia moja mi cuerpo, como mojada esta mi alma.

Octubre

Octubre
De  Mirna Arenas

No oyes ladrar los perros

No oyes ladrar los perros
Alejandro Hernández .


En el numero 68 de la calle “Álamos” hubo una pelea de perros. En la casa de esa calle que luce empedrada es común mirar diferentes perros cada uno con su fina raza, allí como olvidados por unos días en sus heces, en sus aromas pestilentes, en los patios y dentro de una casa deshabitada por humanos pero que alberga a estos otros animales.
A ratos la dignidad humana,  por no decir la vergüenza, hace que personas que tienen las llaves de las puertas y que llegan conduciendo una elegante furgoneta, limpien el lugar como si trabajaran para alguien o para una gran empresa dedicada a los perros y otros animales. Y -por supuesto- ellos son los encargados de traer y llevar a los canes los cuales unos a otros no se reconocen porque no siempre son los mismos e incluso estos perros ignoran el dinero que sus dueños PAGAN sin saber que por periodos los mantienen allí.
Mi transitar por esa calle es habitual, un día jueves miré a los perros y ellos no me miraron pero tampoco dejaban de ladrar, menear el rabo, inspeccionar el lugar con su olfato, como si estuvieran inquietos, inconformes, obligados a permanecer allí –inocentes e indefensos- contaminando todo el ambiente con sus aromas pestilentes.
Con mi viejo cubre-bocas que me sirvió para no contagiarme de “influenza” cuando Felipe salvo al país de esta enfermedad, y Fidel hizo héroe al niño de La Gloria por su puntual ingesta de pastillas de paracetamol, permanecí perturbado desde la calle empedrada observando el comportamiento de los canes. Y sí creo que hasta entre los perros hay razas…
Por la acera –del número 68- nadie circula, quizás tengamos miedo de ser alcanzados por cualquier hocico perruno salido de entre rejas oxidadas que custodian el interior de la casa que tiene nuevo el chacuaco de la chimenea. Junto al Jardín de Niños se oye que ladran los perros y se siente en el aire el pestilente olor que proviene de la casa de las mascotas marginadas. Dentro del contexto urbano es un espacio arquitectónico sin tiempo como una sorpresa ante lo que vemos todos los días pero nunca miramos. En ese lugar anida la tristeza.


barrenador@yahoo.com

Paseos

Paseos
De   Tek Thor Samperio


 Una noche más



China y el mercado local.



El ataque de los pajaros, ciudad de tordos.


Esta es una obra.

Líneas

Líneas
Marco Cerdio Roussell


El aceite. La lluvia. El lento acumularse sobre los parabrisas. A veces no se calcula la distancia. El auto sale disparado. Otras veces es un deslave. Todo avanza tan plácidamente hasta que el barro rojo de la montaña irrumpe en tu trayectoria. Entonces, sólo un minuto antes de morir ubicamos la debilidad del metal, el tremendo parecido entre éste y el papel de los modelos que lo antecedieron en la existencia.
A veces uno se libra. Los frenos. Ve las cruces amontonándose a la orilla de la carretera y sólo imagina lo que pudo pasar. Otras veces es la neblina, la bruma, el calentamiento de los frenos o tan sólo una vaca que sintió la calidez del asfalto en las tierras altas o la humedad de la noche.
Por eso hay que fijarse en las rayas blancas. Líneas continuas o discontinuas. El papel pautado del asfalto. La oscuridad de la carretera. Uno se aferra a las líneas como si ello dependiera la vida. Olvida los sonidos de alrededor, la maraña de distractores, las extrañas historias que creemos entrever con el rabillo del ojo.
Es como estar en medio de una fiesta con el whiskey despedazando el paladar mientras los oídos se despedazan por el repetitivo retumbar de la música. Es como no ver el cuerpo delgado, frágil y núbil que se estremece a la derecha de uno. Los bultos que se vuelven brumosos en medio de ese no avance de la noche. Apenas y alcanzamos a entrever los colores, el eco de los aromas, la humedad de los cuerpos encerrados tan próximamente.
Uno avanza como una bestia. Apenas intuyendo el arriba y el abajo, el sin mañana de ese mañana que se adivina en las luces que brillan en el techo. Los estrobos. El eco electrónico de un lugar distante que se pega en la piel. Algún eco marino que sólo nos indica que la vejiga está llena y uno debe avanzar a trompicones. Entras al baño. La gente hace fila para entrar a los últimos retretes más o menos limpios. Te encierras.
La carretera está llena de peligros. Tu apenas eres consciente de ellos. Las curvas, los deslaves de barro rojo. Tu te apegas a la línea, la sigues, sabes que en medio de su blanca textura esta tu camino.

El afilador

El afilador
De  David Castillo Morales

Fut Callejero (Pura Diversion)

Fut callejero
De Luis Navarro Arteaga


  La Maldita Vecindad, con estilo festivo, propone que lo verdaderamente importante es disfrutar, con los amigos del barrio, del deporte más popular del mundo, sin todo lo que lo rodea: la televisión, los fichajes millonarios y la violencia del fanático;  Aquí lo importante es quedarse con lo básico, regresar a la infancia cuando la cascarita era el proyecto al más corto plazo; el futbol como el camino más corto y barato para hacer deporte, integrarse a la comunidad y conquistar el territorio que se tiene más a la mano o al pie: la Calle.


Algo de mí

Algo de mi
Roberto Rosales Martinez.

Perspectiva y gravedad
Desde la azotea la visión es maravillosa, tendederos formando telarañas, tinacos como un batallón de ballenas y depósitos de gas como dragones dormidos, no veas para abajo, dijo mi madre que le gustaba caminar por cornisas, siempre ha sido emocionante probar lo prohibido, así que me tendía boca abajo sobre el piso y mi cabeza en el vacío echando miradas llenas de adrenalina, poco a poco me tranquilizaba y empezaba a lanzar escupitajos a esas chingaderas que caminaban por las aceras y se veían como hormigas de colores. Era para mí todo el espacio, el smog.
Un día empecé a hacerme invisible para la familia, nadie preguntaba por mí a la hora de la cena, fue cuando hice mi refugio en la azotea, tendido boca arriba formaba mis constelaciones, los astros, los únicos que me merecían.
Nunca resentí la ausencia de amigos, pues ya había un rumor entre los vecinos de esta rara afición a la soledad, esta famita me sirvió cuando entré a la pubertad o cuando la pubertad entró en mí, ya rondaban las primeras niñas llenas de curiosidad a las que yo de manera furtiva invitaba a subir una por una a mi guarida al aire libre.
Eran mis tardes de inauguración en pechos con pezones dibujados y mi incesante labor de darles forma, pasaban horas, corpiños y masturbaciones hasta que llegó Mónica y su catálogo de perversión.
A partir de Mónica y su tiempo conmigo, fue que dejé mi curiosidad en otros cuerpos postergada, y como una expedición de National Geographic, me interné en sus poros, me dediqué a sudar y a escribir mis descubrimientos, tengo un plano a color de su clítoris y mi niñez luida.
Primero boca abajo luego boca arriba, día y noche.
Si  Mónica no llegaba, le hacía el amor a la ropa tendida de las vecinas, llena de aire  me llamaba con sus mangas, bajaba faldas y calzones, yo también me tendía al sol.
Cuando Mónica se volvió vacio en mi alma y ausencia en este cuerpo, dejé de ir a casa, me alimentaba de plantas que había en macetas y después vomitaba, como perro purgado, lleno de nada.
Un día regresó, misma sonrisa, ya no estaba seguro de quererla, la tomé de los brazos, luego mi antebrazo por su cuello, con la otra mano acaricie sus muslos, sus orillas eran peligrosas como las de este edificio, sé que no estoy diseñado para sufrir.
La vista desde la azotea es maravillosa,
Abajo, sobre la acera, una coyolxauhqui terrenal.
                                                                 La vista desde aquí es maravillosa.
Roberto Rosales Martínez
Nací en Poza Rica hace años
Sigo vivo.

La calle

La  calle
De  Ignacio Nuñez Santiago

La calle

La calle
De Ignacio Nuñez Santiago

Quimeras

Quimeras
Adrian Salas


En la vida a veces uno busca quimeras
Como agua bendita para ungirse
Uno busca entre miradas soñolientas y
asoleadas o entre los labios de a mujer que
la vida nos entrega.
Quimera y azares
de un rolador de la noche
que nunca esta vacía.
Poza Rica Rol
Poza Rica ¡Bang!
Poza Rica desnuda y fragante.
Su aliento a mujer le llama
alienta mi espíritu a buscar entre sus noches
dónde la cumbia y el mambo 5 suenan
al compás de la serpiente que ondula
su desnudo cuerpo.
Noche morena de salsa y cervezas en Garibaldi.
Allá
los campos del asfalto me saludan,
abren los ojos como platos
me reconocen entre el bullicio
mientras abrimos las manos como cartas
o como caguamas que rolan.
La banda de Garibaldi,
se asoma a espiar la noche que mira
la puerta del puente
donde la muerte suave no es muerte,
sino una eterna cicatriz que gotea.
Es la finanza, la caoba, el trigal, el camello,
una voz para abrir puertas
y los ojos una ninfa adolescente.
El puente como único sitio de salida
y entrada al inframundo
en donde los chamales del asfalto reinan,
señores de la noche,
colibríes del lado izquierdo de la calle,
acurrucan su deseo al sino de las estrellas
al lado de la quimera del puente.
Embriaguez de noche.
Aquí,
Poza Rica relampaguea en un espejo de placer
que es vertiginoso en los suburbios esmeraldas
cenizas gaviotas revivida.
No hay viento más triste que el del aburrimiento
en una calle desnuda y caliente,
no hay dolor más grande que el del mar a la noche
porque el día no mira de frente.
La ninfa ríe
y el universo sonríe con ella
mientras bebe de su caguama
 quimeras de soles se alzan.
Ella mujer Ocelotl
Ocelotzin
jaguarcito con ojos amarillos y lustrosos
enmarcados de una bóveda roja.
Mira como maraca o como güiro
o como un violín
el tictac de la noche,
algo de Dios sostiene este festín
algo de Dios vivo o celeste, mira sus arrullos
y protege sus pasos de regreso del puente.
Como crece la edad, crece la adrenalina
como crece el árbol, ve sus frutos
como Poza Rica ve sus hijos de la noche
Mira el puente al viaje del regreso...

Anuncio luminoso

Anuncio luminoso
De   Mawi Rivera

Muro

Muro
De Halma Chavez


 En su álbum “11 maneras de ponerse un sombrero”, Miguel Bose interpreta una canción que evoca la añoranza de libertad, limitada por un muro de agua salada… caminar por la calle, sin escape, hasta que la desesperanza le hace volver los pasos y entender que la soledad provoca una sensación de rebeldía ante un mundo con cambios en los que apenas participa, con sueños alimentados de noticias allende el mar… hasta que la quimera aparece justo en el muro, a punto de volar...







Hay lugares que tienen sentido

Hay Lugares que tienen sentido
Livia Díaz


del semáforo de la Puebla al poema
de Livia Díaz
Hay lugares que tienen sentido
hay canciones con las que esos lugares
se sienten
allí en donde no estés
pero la imagen
y su canción, está en la radio
y tú,
tienen magia
allí queda
yo abro los ojos
y las veo
la noche
la luz
y la nostalgia
llenan mi vacío entonces
y la música suena
y veo en la música
su imagen
y no hace falta nada
no haces falta
no falta nadie, solo
ese lugar de nuevo
y la canción
que suene
que sea música
ese sentido
otra vez y otra vez
que esa canción nos una
sin estarlo
en ese lugar
que esa es la imagen
y la luz
y ese el sentimiento
que me ata a él
que la luz
y la noche
y el camino al puente de Poza Rica
sea llegada
otra vez
y otra vez
con esa canción
y que vuelva a verme sentir
otra vez y otra vez
al mirar
la noche
la confusión
con un trío de palomas revoloteando en el estómago
la ruta del autobús
la Petromex
y ese dolor lejano
y la nostalgia
que huele
otra vez y otra vez
dentro del corazón
habla
mientras viaje
que aún no comienzo
a otro lugar
que cobra sentido
otra vez y otra vez
con esa canción.